El baúl de la abuela

En el desván de la casa del pueblo descubrí un baúl con un montón de cosas, vestidos, zapatos, pañuelos, sombreros, collares... todo me gustaba y, desde luego, me iba a quedar con todo.
Destacaba un vestido de corte imperio en tonos dorados; ya me estaba imaginando en la cena que tenía el siguiente fin de semana con mis amigos, llevandolo con unos zapatos de tacón de 8 centímetros... sólo me faltaba decidir que collar combinaba mejor con el vestido: dudaba entre el que tenía unos "discos" de onix y ojo de tigre, o el de semillas de lumbang con sus anillas de bambú,o el que llevaba una piedra de ágata natural o el de jade flor...
Al final me decidí por el de jade flor que tenía unos tonos tostados y dorados, ya tendría más ocasiones de llevar el resto de collares.

Los pendientes de Zíngara

Cuando vuelvo a casa después del trabajo me cruzo con un gitana. Me fijo siempre en ella porque lleva unos pendientes de colores, color que varía dependiendo del tiempo y de la hora. Cuando hace frío, son azules; cuando hace un sol radiante, naranjas; cuando está nublado, rojos; si está anocheciendo se decanta por los verdes...

Un día la vi sentada en un banco en el parque, me acerqué a ella, sentía curiosidad... al principio no me hacía mucho caso, me costó hacerla hablar y cuando lo conseguí, me contó que se llama Zíngara y que era de la India.

Por supuesto tuve que preguntar por sus pendientes, donde los había comprado y lo que me dijo era muy raro: sólo tiene un par de pendientes que le regaló su abuela, no se los ha quitado nunca, sus pendientes son sensibles a su estado de ánimo, cambian de color dependiendo de su humor... ya ves, muy raro...