martes, 9 de septiembre de 2008

Nácar teñido de azul


Me pasé por la tienda de Tomás, ya sabes esa que se llama "La Puerta", la semana pasada, a ver si encontraba alguna cosilla para hacer un collar que me habían encargado. Como siempre estaba lleno de cosas interesantes y curiosas.

Ese día lo que me atrajo fueron unas bolitas azules; le pregunté a Tomás de que material estaban hechas y me dijo "es nácar teñido de azul, verás que tiene un brillo muy bonito que es gracias a la luz que se refleja en la piedra".

Pero lo más interesante de las piezas es como las consiguió. "Un día entró un hombre, era mayor, pelo cano y con una barba bastante larga, llevaba una chaqueta de ante con flecos que había tenido mejores días y un pantalón de pana marrón, hablaba con un acento que no pude identificar en ese momento. Era curiosa su actitud, como si hubiese vivido mucho y estuviese cansado de todo. Estuvimos charlando un rato de todo y de nada y casi al final de la conversación me dijo a qué había venido a mi tienda... quería darme unas piedras para que las vendiese pero, ahí está lo curioso, él no quería dinero por ellas, lo que quería era que la persona que se las quedase fuese alguien que valorase su belleza y que las llevase con orgullo, que había gente que había matado por ellas y aunque su valor en moneda no era mucho sí lo era en historia" En Tomás recayó la responsabilidad de dar las bolitas azules a la persona indicada...

Al final el collar que hice con el nácar azul me lo quedé yo y para el encargo realicé otro diseño.

1 comentario:

Chus dijo...

Me encanta el collar, quiero uno igual.Y por supuesto también me gusta la historia.

Mil besos
Chus